Un verdadero Bad Boy.


Zach Randolph.  Mr Randolph merece ciertamente un capítulo aparte para el solo dentro del museo de los horrores. Se hace acompañar de la 'Hoop Family', un grupo de más de 20 amigos que suele acompañar a Z-Bo en su vida, sobre todo la nocturna. Junto a ellos ha cobrado fama de tener la cabeza no muy en su sitio. Al margen de sanciones y detenciones, se ha labrado reputación de desequilibrado, al hacer entrar a sus pitbulls en el vestuario o ir a todas partes armado.
Un historial más que turbio. En 2003, el joven que había dejado la Universidad de Michigan State tras un año era arrestado, ya como jugador de los Portland Trail Blazers, por beber sin tener la edad permitida. Ese año lograría su mayor éxito individual (elegido 'Jugador con Mayor Progresión' 2003-04), en el seno del equipo más desquiciante de la historia -los 'Jail Blazers' de Portland de comienzos de la década-. Allí Randolph empezaba a destacar por sus cortocircuitos mentales. En abril de 2003 le daba un puñetazo a su compañero Ruben Patterson y le rompía la cuenca del ojo izquierdo. Ese verano estuvo involucrado en uno de sus asuntos más terribles: en un garito de su Indiana natal, se vio inmerso en un tiroteo. Al final, su hermano se declaró culpable de haber disparado a tres tipos, aunque siempre se creyó que se autoinculpó para que el hermano famoso quedara libre. En diciembre de ese mismo año, era detenido conduciendo bajo los efectos de la marihuana. Le pillaron haciendo carreras en una zona limitada a 30 kilómetros por hora. En agosto de 2006 fue acusado por una mujer de violación (salió indemne por falta de pruebas) y en diciembre de ese año, junto con su compañero Qyntel Woods, se le acusó de montar peleas de perros. Al tipo que los delató le pegaron una paliza, pero nunca se pudo demostrar que el jugador estuviera implicado. Dos años más tarde le rompió dos dientes a un rival y le pillaron conduciendo borracho. En diciembre de 2007 volvió a ser imputado por violación. En febrero de 2009 le suspendían dos partidos por partirle dos dientes al pívot de los Phoenix Suns Louis Amundson. Dos meses después, los Clippers le suspendían otros dos encuentros por conducir borracho. En fin, el historial del sujeto da para una película, un par de secuelas y un culebrón televisivo. Cómo están las cabezas.

http://www.youtube.com/watch?v=YWe2ZbLLdgY



Publicado por Juan Escudero.

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