Fiebre Amarilla.




La fiebre amarilla está en alerta roja. Nadie esperaba que a estas alturas de temporada los Lakers estuviesen fuera del Playoff y muchísimo menos con record negativo. Quizás los Playoffs más baratos en el Oeste en los últimos años, según los expertos sería suficiente con un record de 43 victorias y 39 derrotas para pelear por el anillo más allá de abril, y los Lakers necesitan un record de 19-12 de aquí al final para alcanzar ese objetivo, algo que se antoja difícil viendo el panorama que se les viene encima.


De momento, el domingo juegan en Miami, ante un equipo que anoche le demostró a los Clips que si te puede ganar de 40, mejor que de 30 y NADIE se aventuraría a decir que los Lakers van a ganar ese partido.

Mike D’Antoni, relevo en los banquillos del ultradefensivo Mike Brown, es absolutamente todo lo contrario a este. Los Lakers son un barco a la deriva en defensa, incapaces de defender el Pick ‘n Roll del equipo rival. En Ataque, ¿quién no se enamoró del juego rápido de los Suns de d’Antoni? El mismo que ha intentado plasmar en una plantilla con Nash con 39 años, Kobe casi 35, Pau más de lo mismo y Metta World Peace también superando la treintena. El bueno de Mike ha rescatado del armario al bueno de Earl Clark pero, ¿de que te sirve tener la mejor pareja interior de la liga, Pau-Howard, si luego no la utilizas para nada? Poco ha sido el tiempo que han coincidido los dos en la cancha y la mala relación de d’Antoni con Pau le ha hecho estar en el banco más de la cuenta.

Pasando a ser obvios, a todos menos a Mitch Kupchak les quedaba claro que estos Lakers debían ser un equipo ue defendiese bien y que atacaran lento, en estático, para evitar que los veteranos tuviesen que correr arriba y abajo la cancha y se agotaran físicamente. A todos menos al General Manager del equipo que, deslumbrado por el juego ultrarápido y ofensivo de d’Antoni como un insecto a la luz de una bombilla, decidió dejar de lado la opción más lógica, la de Phil Jackson, y trajo al ex-Sun y al ex-Knick y a partir de ahí todo ha ido de mal en peor para los de oro y púrpura.

Metta World Peace es libre para tirar cuando, como y donde quiera. Dwight Howard no es la referencia y da la sensación de un pasotismo increíble cuando salta a la cancha, le da igual absolutamente todo y todos. Él, con su hombro, ya tiene bastante. Nash está haciendo lo que se le presuponía, anotando y colocando a sus compañeros en ataque. Earl Clark es la sorpresa de la temporada, numerazos y grandes actuaciones, una de las pocas buenas noticias en Hollywood durante esta temporada. Pau ha demostrado sobradamente que para jugar de “5″ en el sistema d’Antoni, es el más capacitado, muchísimo más que al que se le presupone ser el mejor pívot de la liga. Justo cuando estaba cuajando sus mejores actuaciones, se rompe la facia plantar del pie derecho y estará entre 6-8 semanas de baja. Y el banquillo es para mear y no echar gota. Jugadores que pasan de jugar muchísimo a jugar nada en una misma semana. Jodie Meeks decepcionante, Antawn Jamison más de lo mismo. Morris ha pasado de ser titular a no contar para nada en la rotación y lo mismo se le puede aplicar a Chris Duhon. Devin Ebanks es un 0 a la izquierda en la plantilla y el no contar con Jordan Hill en todo el año les ha hecho mucho daño. Kobe ha probado de todo, desde no tirar apenas y dedicarse a asistir hasta tirarse hasta las zapatillas y hay que decir que si los Lakers están hoy 10º en el Oeste es gracias a la Mamba Negra, que se está marcando un temporadón impresionante.

31 partidos le quedan a los Lakers de aquí al final y la pregunta está en el aire, ¿irán a la postemporada? Y la siguiente cuestión es, si se meten, ¿alguien los cree capaces de vencer a OKC, SAS o LAC en primera ronda? Porque yo creo que no. De cara al próximo año, D’Antoni debería hacer las maletas, Howard tiene muchas papeletas para hacer lo mismo. El maltrato a Pau es injusto y desmesurado, Pau juega con dolor y lo da todo por la mítica camiseta angelina, cosa que Howard a demostrado que no es capaz de hacer. Por el momento, el ShowTime en la ciudad californiana lo pone el vecino pobre, que cada vez más se está convirtiendo en el dominador del Staples Center.




Publicado por David Plaza García.
@David9392.
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